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domingo, 13 de noviembre de 2011

La vida solo ofrece oportunidades

La vida es la gran escuela a la que todos venimos a aprender y cada lección que se nos presenta es una oportunidad para crecer. Cambiar el chip de nuestra mente y ver las complicaciones no como problemas sino como el escalón que nos llevará un peldaño más arriba en nuestra evolución como seres humanos y como almas encarnadas en este planeta, es la clave que hará la diferencia.

Diversas corrientes espirituales sostienen que al momento que un alma decide encarnarse, lo hace eligiendo las características físicas, culturales y sociales bajo las cuales nacerá, así como las más importantes experiencias de vida que tendrá y deberá superar. Por ello se dice que no es casualidad que se llegue a una familia determinada y bajo ciertas circunstancias o que se conviva con determinadas personas, todo siempre tiene una razón de ser y el principal motivo de esto es superarse y evolucionar. Pero no se viene a la “guerra sin fusil“, se arriba dotado con todos los elementos necesarios para salir avante ante cualquier “adversidad“, aún por más difícil que parezca.

Una de las situaciones comunes que se viven es toparse con gente que resulta sumamente desagradable o que simplemente no se “soporta“, e incluso puede suceder que no se sepa por qué. Pero lo interesante en este caso más que abortar la misión y esperar a que esta persona desaparezca por circunstancias “mágicas“, es analizar las posibles razones de la antipatía que se le tiene, pues como dice el dicho “Lo que te checa, te choca“. Es decir todo lo que sucede en el exterior es un reflejo del interior (aunque no lo creas), y quizás algo que ves en los demás también lo tienes, solo que no te has dado cuenta o no lo quieres aceptar.

Es posible que esta persona sea un compañero de trabajo o de la escuela, y que al no ser tan cercano no te nterese tratar de llevarte bien y simplemente lo “toleras“ . Sin embargo, recuerda que nada es casual y esta puede ser una oportunidad para cambiar tu percepción negativa a una positiva al ver a esta persona como un “maestro“ que te ayudará a crecer al tratar de entender de fondo por qué no te cae bien. Este puede ser un trabajo muy profundo, que incluso puede llevar a confrontarte contigo mismo, con tus sentimientos, miedos, inseguridades o con tu ego.

Cuando se pasa por una circunstancia así lo más fácil es pensar que en poco tiempo no le verás más, quizás esta persona se vaya pero la vida es tan sabia que muy pronto llegarán nuevos “maestros“ con características similares o remasterizados con los que tendrás que convivir nuevamente hasta que no superes la lección. O también puede suceder que a la persona que no quieres sea de tu familia, así que no es tan fácil que se vaya. Ante estos hechos, las preguntas que tienes que hacerte son ¿Quieres seguir viviendo la misma lección por el resto de tu existencia o quieres pasar al siguiente nivel?

Para poder pasar cualquier materia en la escuela hay que presentar exámenes y sacar una nota aprobatoria, situación similar en las lecciones de vida. No es posible avanzar sin haber aprendido. Entonces más que ponerte una venda en los ojos y pensar que todos los demás están mal y tú estás bien. Lo ideal sería encontrar las razones del por qué no puedes tener una sana relación con determinadas personas. Esto te ayudará a conocerte más, a entender a las personas que te rodean, a vivir en armonía, a no tener que repetir las lecciones al dejar círculos abiertos y en pocas palabras a CRECER.

Como lo dice la siguiente frase: “Dios no te da la gente que tú quieres, te da a la gente que tú necesitas. Para ayudarte, herirte, dejarte, amarte y para convertirte en la persona que estabas destinado ser“.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Vivir en Conciencia

Hoy en día el hombre ha logrado importantes desarrollos científicos que lo hacen disfrutar de muchas comodidades. Pero como todo en la vida, esto tiene su polo positivo y negativo, una ley que no tiene excepción. Son un sinfín las ventajas que se podrían enumerar sobre las cosas buenas de estos adelantos, pero lo cierto también es que el ritmo de crecimiento de las ciudades y los altos niveles de estrés a los que estamos sometidos las personas que vivimos en ellas, está generando efectos muy nocivos tanto de salud y en la forma de relacionarnos como en nuestro entorno en general.

Entre las consecuencias más palpables de la forma de vida actual está el convertirnos en seres autómatas, es decir todos los días nos levantamos y como robots realizamos exactamente las mismas labores sin detenernos para contemplar lo que sucede a nuestro alrededor. Estamos tan ofuscados con todas las tareas que debemos llevar a cabo, que ni siquiera nos damos tiempo de respirar profundamente. La famosa frase de “todo es para ayer“ la llevamos a cabo al pie de la letra, pues tenemos tanta prisa por vivir y experimentar los “placeres terrenales“ que se compran con dinero, que no hay tiempo para perder.

Qué adorable ironía verdad, vivimos de prisa con el afán de acumular riquezas que nos hagan sentir “felices“ y sin embargo cuando se obtienen y se logra satisfacer las necesidades, a los cinco minutos regresa ese sentimiento por buscar algo nuevo que nos complazca más, y se inicia otra vez ese círculo vicioso que incluso se puede extender hasta el final de nuestra existencia. Pero lo importante ante esta situación es preguntarnos si queremos vivir así por el resto de nuestros días o si además de satisfacer nuestras necesidades materiales, deseamos brindar a nuestro ser la oportunidad de vivir en conciencia y disfrutar de lo que sucede aquí y ahora plenamente.

Vivir en conciencia es una de las tareas fundamentales a realizar para cualquier ser humano que quiere ser copartícipe de su feliz paso por la Tierra, y esto quiere decir estar atento a todo pensamiento o sentimiento que se genera en nosotros , palabra que sale por nuestra boca y acción que realizamos. La importancia de esto radica en el hecho de que todo genera una vibración y atraemos hacia nosotros exactamente lo que estamos enviando. Un ejemplo muy común, es cuando estamos enojados y todo lo que hacemos sale mal o con contratiempos, las frases que se suelen decir son “Hoy no es mi día“ y/o  “Me levanté con el pie izquierdo“, cuando en realidad esta es una consecuencia directa de lo que estamos sintiendo y decretando.

El mundo y los seres humanos fuimos creado con tal perfección y armonía que todo lo que ocurre se rige a partir de siete Leyes Universales, de allí la importancia  de conocerlas y aplicarlas positivamente en nuestras vidas: 

1. Ley del Mentalismo: Su principio fundamental es que TODO es Mente, absolutamente todo lo que pensamos se refleja en la vida material, por lo que es importante que constantemente se piensen cosas positivas, alegres y amorosas. Recuerda que lo que se cree, se genera.

2. Ley de la Correspondencia: La frase que mejor la describe es “Como es arriba es abajo“, no hay posibilidad de diferencias pues todo comparte la misma esencia. Nuestro mundo exterior es un fiel reflejo de nuestro mundo interior, todo se encuentra conectado. Cuando hay un vacío, siempre existe algo que puede llenarlo.

3. Ley de la Vibración: Todo tiene una vibración, entre mayor sea el nivel de conciencia de las personas más alta es la frecuencia vibratoria que se tiene.

4. Ley de Polaridad: Absolutamente todo en la vida es dual, pues incluye su polo semejante y su polo opuesto. Los opuestos son idénticos en esencia (naturaleza) pero diferentes en grado.

5. Ley del Ritmo: Todo por naturaleza fluye, nada permanece estático y esto lleva implícito los cambios.

6. Ley de Causa y Efecto: En la vida todo tiene una razón de ser, nada es casual, y es el resultado de nuestras acciones, pensamientos, emociones y palabras.

7. Ley de Generación: Todo lo que existe tiene su base femenina y su base masculina.

La ignorancia o desconocimiento no exime que estas Leyes Universales no se apliquen, es como el funcionamiento de la respiración, se puede no saber qué órganos del cuerpo están involucrados en ella pero eso no impide que se siga realizando.

Recuerda que también es importante estar conscientes de la trascendencia de los pensamientos, sentimientos, palabras y acciones para con nosotros mismos y todo, y todos los que nos rodean pues la realidad que vivimos es su reflejo.