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domingo, 12 de febrero de 2017

Vivir desde el interior, la verdadera llave de la felicidad

Ser felices y lograr realizar nuestros sueños son dos de las cosas por las que más luchamos los seres humanos. Creemos que siguiendo la dinámica marcada por las sociedades capitalistas en la que trabajar muchas horas y atiborrar nuestras agendas con múltiples actividades nos hará exitosos, ganar mucho dinero y con esto alcanzar la felicidad plena.

Sin embargo aunque en teoría esta forma de vida podría ser la idónea, en la práctica no lo es tanto, porque comenzamos a convertirnos en seres autómatas, es decir actuamos sin reflexión haciendo las cosas por responsabilidad, dinero, prestigio, entre otros muchos motivos, y nos olvidamos de disfrutar lo que hacemos.

Con el tiempo las obligaciones y responsabilidades se convierten en una especie de carga que no podemos evadir ni soltar. La manera actual de tratar de liberarse de ellas, al menos por unas horas, es bebiendo alcohol, siendo comedor o comprador compulsivo, teniendo múltiples parejas amorosas a la vez o ser incapaz de permanecer soltero por un periodo porque siempre se tiene “encendida” la siguiente velita.

Como estos ejemplos hay muchos más, sin embargo lo realmente importante es darnos cuenta que el estilo de vida actual basado en el consumismo promueve ver y buscar en el exterior todas las respuestas y los medios para sentirnos bien, satisfechos y contentos en la vida, pero ¿en realidad esto es así?

Una de las más sonadas consecuencias de este esta forma de vida es la depresión, un trastorno mental que de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a alrededor de 350 millones de personas en del mundo.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo, que puede ser transitorio o permanente, caracterizado por generar sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, así como provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana.

Este problema de salud mental, al igual que muchos otros transtornos, es un enemigo “silencioso” que está allí pero muchas veces se desconoce porque se disfraza de “cansancio” por las labores que se realizan en el día y durante la vida.

Una manera para encontrar alivio y cura a estos problemas de salud moderna está en dejar de ver al exterior como nuestro único proveedor de todo lo que necesitamos en la vida y voltear a nuestro interior, un lugar sagrado en donde además de tranquilidad encontraremos todas las respuestas que buscamos.

Para contactar con nuestro interior lo podemos hacer a través de la meditación, oración y rezos, algo que permitirá reducir el estrés generado por el ritmo loco de la vida, brindará paz, tranquilidad y ayudará a cambiar nuestra forma de ser, actuar, hablar, percibir y sentirnos en el mundo.

Una investigación de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos, demostró que practicar meditación ayudaba a producir cambios en el cerebro que aumentaban la protección de este ante posibles amenazas y enfermedades mentales.

Existen múltiples estudios realizados por investigadores en el mundo que vinculan a la meditación con mejoras sustanciales en el control del dolor y las emociones, así como superar enfermedades y mejorar la calidad de vida.

La meditación, oración y el rezar es darnos la oportunidad de regresar a nuestro interior, nuestra fuente de vida. Ese lugar mágico y seguro que nada ni nadie puede tocar y que al estar en armonía proporciona energía positiva que ayuda a estar y sentirse bien.

Además provocan un cambio de conciencia al comprender que el estar y sentirse bien es responsabilidad de uno mismo y no depende de lo que sucede afuera o con las personas que nos rodean. Es darse cuenta que no existe esa “pastilla mágica” que con solo tomarla en 2 minutos quita el malestar, sino que hay un trabajo individual.

Meditar, orar y rezar forman parte de un trabajo personal en el que hay un compromiso real por el autoconocimiento y el bienestar de uno mismo.

Tú eres el responsable de tu vida ¡pon manos a la obra! 

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