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lunes, 20 de marzo de 2017

Enfermedades: llamados del corazón en busca de ayuda


Al hablar de malestares o enfermedades físicos es importante destacar el papel que juegan las EMOCIONES en los padecimientos. Por ejemplo, es común escuchar a personas quejarse de dolores de cabeza luego de haber pasado por momentos de preocupación, enojo o estrés o también cuando se tienen nervios o ansiedad se produce gastritis o colitis en el estómago. 

Se le llama “somatizar” una emoción en el cuerpo cuando debido a un malestar psicológico que no se canaliza o se trata correctamente, se genera un desequilibrio interno desencadenado una enfermedad. 

De aquí la relevancia de la conexión mente-cuerpo, la cual también está asociada con nuestro estado emocional. Es decir cuando estamos contentos, radiantes y felices nuestro sistema inmunológico (sistema defensor de virus, bacterias o cualquier otra agente patógeno o agresión externa del ambiente) trabaja al 100 por ciento, por lo que nos sentimos saludables, con energía y le cerramos la entrada a las enfermedades.

Pero al sentir emociones negativas como el rencor, la ira, los celos, la ansiedad y el estrés, entre otras, pueden fácilmente traducirse en padecimientos físicos como dolores de espalda, úlceras, taquicardias, trastornos del sueño e incluso enfermedades que a la larga hacen peligrar la vida de las personas como sucede con el cáncer o las afecciones cardiacas.

¿Qué hacer para evitar enfermarnos?

Para poder enfrentar estas emociones negativas lo más importante es CONCIENTIZARNOS de que estamos sintiendo y no querer “encubrirlo” tomando una píldora o pastilla para eliminar la dolencia física, sino realmente tomarnos el tiempo de mirar en nuestro interior entender lo que sentimos y analizar qué fue lo que lo provocó para así evitar dañar nuestro cuerpo con enfermedades que nos lastimen.

Este proceso de investigación requiere un compromiso personal profundo de autoconocimiento, algo que en el mundo actual poco se fomenta como resultado de vivir de prisa, en donde todo se quiere resolver de forma inmediata a través de una “aspirina mágica” y en el que se promueve la dinámica del “menor esfuerzo” al buscar que las cosas nos las den “peladitas y en la boca”.

Vivimos como seres autómatas sin darnos cuenta que las enfermedades son llamados que vienen desde lo más profundo de nuestro ser para pedirnos atención y amor. Sin embargo, los dejamos para luego porque estamos ocupados produciendo dinero o experimentando placeres terrenales que nos hacen sentir bien por determinado tiempo, pero después volvemos al mismo mundo de partida.

En el libro ¨Sana tu cuerpo” de la autora estadounidense Louise L. Hay, ella presenta las causas mentales de la enfermedad físicas y la forma metafísica de superarlas a través de decretos. Estos son algunos ejemplos:

Arrugas: Pensamientos depresivos. Resentimiento con la vida.
Decreto de cura: Expreso la alegría de vivir y disfruto plenamente de cada momento del día. Rejuvenezco. 

Garganta: Canal de expresión y creatividad. 
Decreto de cura: Abro mi corazón y canto las alegrías del amor.

Gastritis: Incertidumbre prolongada. Sentimiento fatalista.
Decreto de cura: Me amo y me apruebo. Estoy a salvo.

Indigestión: Miedo visceral, terror y angustia. Quejas y gruñidos.
Decreto de cura: Digiero todas las nuevas experiencias en paz y con alegría.

Insomnio: Miedo. Desconfianza del proceso de la vida. Culpa.
Decreto de cura: Con amor dejo atrás el día y me sumerjo en un sueño tranquilo, en la seguridad de que el mañana cuidará de sí mismo.

Migraña: Aversión a ser manejada. Resistencia al fluir de la vida. Temores sexuales
Decreto de cura: Me relajo en el fluir de la vida y dejo que ella me proporcione todo lo que necesito, con comodidad y facilidad. La vida está a mi favor. 

Corazón: Representa el centro del amor y la seguridad. (V. SANGRE)
Decreto del cura: Mi corazón late al ritmo del amor. 

Ataque al (infarto de miocardio): por ganar dinero o posición se ha arrancado toda la alegría del corazón.
Decreto de cura: Devuelvo la alegría al centro de mi corazón. A todos expreso mi amor. 

Problemas del corazón: Viejos problemas emocionales no resueltos. Falta de alegría. Endurecimiento del corazón. Entrega al esfuerzo y al estrés. 
Decreto de cura? Alegría, alegría. Con amor permito que el júbilo inunde mi mente, cuerpo y experiencias.

Cáncer: Herida profunda. Rencor que se mantiene mucho tiempo. Secreto o aflicción profunda que carcome. Carga de odios. Creer que todo es inútil.
Decreto de cura: Con amor perdono y libero todo el pasado. Elijo llenar mi mundo de alegría. Me amo y me apruebo. 


Como podemos ver, las enfermedades son tan solo la punta de un iceberg en el que si nos adentramos veremos que se tratan de emociones no resueltas que a través de un efecto físico buscan exteriorisarse. Por ello, es importante echarnos un clavado en nuestro interior y concientizarnos de lo que sentimos para así descubrir lo que nos pasa, porque solo así podremos ayudarnos, sanarnos, conocernos y vivir en plenitud.


En nuestro interior siempre está la respuesta que buscamos y la ayuda que necesitamos , solo depende de nosotros mismos encontrarla y tomar las riendas de nuestra propia vida para ser, estar y sentirnos mejor.

¿Y tú que quieres hacer por ti mismo? … esa es una decisión que solo está en tus manos…


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